Para Mathieu, su día típico suele comenzar por una reunión con los responsables de cada equipo para debatir los objetivos que se perseguirán ese día. Hace un seguimiento minucioso del plan de producción de cada yate del astillero y se encarga de que el sistema de control esté continuamente actualizado. Lo que más le entusiasma de su trabajo es contribuir a desarrollar un espíritu de equipo, haciendo que todos pongan su pasión en los distintos yates. «Cada yate que construimos es único, y eso es algo muy especial», nos explica.
«Todavía me acuerdo de la primera vez que me subí a bordo de un Privilège en 2006. Era un Privilège 585 y la experiencia me abrió los ojos por completo».
MATHIEU FORT
Responsable de construcción de yates
Hasta llegar al puesto que ahora ocupa en Privilège, Mathieu recorrió una largo camino, el cual comenzó con una formación de dos años en un Centro de Estudios Marítimos. Durante los siguientes 14 años, trabajó en diversos astilleros, adquiriendo y perfeccionando las aptitudes necesarias para la construcción en carbono, la preparación y el mantenimiento de embarcaciones de motor y de vela, el trato a los clientes y la dirección de un taller. «Ahora ya llevo cinco años en Privilège», afirma orgulloso.
Cuando no está en el trabajo, suele ayudar como voluntario. «Soy director de una escuela privada y dirijo un club de fútbol para niños de diez y once años. También me gusta restaurar bicicletas antiguas». No le queda mucho tiempo para navegar, pero, si lo tuviera, pondría rumbo a los fiordos noruegos y surcaría el Báltico.